lunes, 17 de octubre de 2011

Tapa revista

Editorial


http://imageninsurrecta.com.ar/

Esta es una imagen que ya no queremos ver y debemos desterrar de todos lados, porque hay que escuchar al pueblo en su reclamo y no enviarle la policía. Y el conflicto de tierra y vivienda es un tema muy a flor de piel del pueblo y hay que atender esos reclamos. Fortaleciendo los programa de construcción de viviendas populares y que se involucren los poseedores de derechos, el pueblo. Basta de reprimir y basta de no escuchar el clamor popular del pueblo hay que trabajar en soluciones, para tener un futuro hay que empezar hoy.

Un encuentro cordial

Momento de la reunión del 21 de Septiembre.


El miércoles de primavera se llevo a cabo una reunión entre la APDH Matanza y el las autoridades de la comisión del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.

El 21 de Septiembre en la ciudad de San Justo tuvo lugar un encuentro importante, en el cual se expusieron situaciones del partido de La Matanza. En el marco de dialogo hubo muchos acuerdos compartiendo ciertas miradas sobre la realidad y cuales serian las mejores estrategias para transformarlas.

Estas dos organizaciones del pueblo cuyas miradas acerca de la función de los bancos es la de brindar un servicio más que el de la ganancia para unos pocos. Por eso plantearon acompañar la presentación de la Ley de Servicios Financieros para el Desarrollo Económico y Social. Esta ley principalmente modificaría la noción financiera de nuestro país, la cual sería una actividad de servicio público. Y cuyo objetivo es promover el acceso universal a los servicios financieros.

Entre otros temas abordados, el de la basura y el reciclado de la misma, como un elemento de empleabilidad, pero más, de un resguardo hacia el ecosistema en el que vivimos; es decir La Matanza. Lo que debería cambiar es el sistema de recolección y lograr que las cooperativas que están en la temática, puedan diagramar un nuevo modo de recolección y reciclado, que no dañe la ecología y que genere un proceso económico de desarrollo para todos y no para unos pocos.

Se cerró el encuentro con un caluroso y emotivo, hasta pronto, entre los participantes de la reunión. Y quedando en el compromiso de tener otro encuentro.

Confirman el procesamiento

Con prisión preventiva del jefe del centro clandestino “El Vesubio”

La Cámara Federal confirmó el procesamiento, con prisión preventiva, del coronel Gustavo Adolfo Cacivio, jefe del centro clandestino de detención y torturas conocido como “el Vesubio”, a quien se le imputa un centenar de secuestros y torturas durante la última dictadura militar.

La Sala I del tribunal de apelaciones ratificó la imputación contra el represor -quien operaba con el alias de “Francés”- por “el delito de privación ilegal de la libertad agravada por mediar violencia o amenazas reiterada en ciento un ocasiones, de las cuales 64 se encuentran agravadas por su duración, todas ellas en concurso real con el delito de imposición de tormentos reiterados” en la misma cantidad de casos.

En una resolución, a la que Télam tuvo acceso, los camaristas Jorge Ballestero y Eduardo Farah, con la intervención del secretario Sebastián Casanello, ratificaron de esa manera el procesamiento dictado en primera instancia por el juez federal Daniel Rafecas, en el marco de la causa en la que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos en la órbita del Primer Cuerpo del Ejército.

Los magistrados explicaron que el “plan criminal” fue aprobado por los ex comandantes quienes “ordenaron a sus subordinados que: privaran de su libertad en forma ilegal a las personas que considerasen sospechosas de tener relación con `organizaciones terroristas`; que las condujeran a lugares de detención clandestinos”.

Los delitos de lesa humanidad atribuidos al “Francés” fueron cometidos en ese centro clandestino “emplazado en el cruce de la autopista Richieri y Camino de Cintura, localidad de La Matanza, provincia de Buenos Aires”, entre abril de 1976 y septiembre de 1978.

Para ratificar la prisión preventiva, los camaristas indicaron que “existen elementos concretos de mayor peso que hacen suponer fundadamente, de acuerdo con las siguientes consideraciones, que el imputado podría entorpecer el curso de la investigación en caso de recuperar su libertad, lo cual impide, de momento, aplicar la regla de la libertad durante el proceso”.

Fuente: NCO

La realidad de los jóvenes trabajadores



(APe).- La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, viene diciendo que los jóvenes son el centro de su administración y el sujeto fundamental de la nueva gestión que seguramente comenzará después de las elecciones del 23 de octubre.

Sería necio negar que miles de pibas y pibes despidieron a Néstor Kirchner luego de su muerte, el pasado 27 de octubre de 2010.

En las palabras de la presidenta, entonces, hay un reconocimiento a esa presencia multitudinaria.

Incluso en las últimas horas, los medios de comunicación dejaron trascender que el cambio de relator y comentarista de la televisión pública para los partidos de la selección de fútbol tuvo como impronta un comentario de la titular del ejecutivo nacional solicitando presencias jóvenes.

De tal forma, el discurso oficial y las listas de candidatos a diputados nacionales en las diferentes provincias dan un lugar importante a los jóvenes.
El problema es la realidad.

Porque como viene sucediendo en los últimos cuarenta años, el sector más castigado a la hora de pensar en un trabajo estable y en blanco son, justamente, las pibas y pibes que salen de la secundaria con la idea de garantizar el futuro a través de la construcción de una mínima base material.

Para el Instituto de Política para el Desarrollo Social, basado en la Encuesta Permanente de Hogares, sólo el 18 por ciento de las chicas y chicos que tienen entre dieciocho y veinticinco años tiene empleo formal.

18 de cada cien, por lo tanto, conocen un recibo de sueldo, aportes patronales, vacaciones, obra social y demás beneficios que conlleva la actividad enmarcada en las leyes laborales.

El problema, sin embargo, es grande: 82 de cada cien pibas y pibes tienen empleos informales. Es decir que sufren distintas formas de precarización laboral.

Están en negro o en distintas fases de grises, características que se impusieron en los años noventa y que hasta ahora parecen invictas aunque el discurso oficial diga otra cosa.

Por eso hubiera sido fundamental que estos temas aparecieran en la campaña política que discute, nada menos, que la sucesión presidencial en la Argentina del tercer milenio.
Como los resultados de las primarias parecieron disciplinar a las demás fuerzas partidarias a resignarse ante los resultados, no hubo un solo debate sobre los temas existenciales que atraviesan la vida cotidiana de las mayorías argentinas: educación, trabajo, salud, vivienda y, fundamentalmente, el futuro como dimensión real o no para las distintas generaciones que interactúan en estos días.

Pero allí están las cifras concretas, más allá de los discursos oficiales y las resignaciones de las frágiles oposiciones, dieciocho de cada cien muchachas y muchachos en la Argentina solamente conocen un recibo en blanco, mientras que la mayoría sufre algún tipo de explotación.

Es imprescindible que además de ser protagonistas de las frases de ocasión, los jóvenes argentinos sean, alguna vez, sujetos de derecho y tengan la certeza que si completan la secundaria habrá una posibilidad concreta de obtener un puesto de trabajo en blanco que les permitirá proyectar un mañana sin miedo, pronunciar la palabra futuro con esperanza.

Mientras tanto, miles y miles de chicas y chicos siguen peleando por un trabajo digno, algo que no aparece en la épica inflamada del oficialismo ni en la anoréxica arenga de las principales ofertas opositoras.

Fuente: Pelota de Trapo

Hospital Posadas:

Centro de represión clandestino El Chalet

El 20 de octubre a las 10 de la mañana comienza el juicio al ex dictador Reynaldo Benito Bignone y a los represores Luis Muiña, Argentino Ríos, Hipólito Mariani por delitos cometidos en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército en el entonces "Policlínico Profesor Alejandro Posadas", en cuyo predio funcionó el Centro Clandestino de Detención y Tortura conocido como "El Chalet". Se los juzga por delitos de secuestros y tormentos cometidos a 21 víctimas.

Causa Hospital Posadas: Expediente Nº 11.758/ 06

Denunciante: Comisión de DDHH por la Memoria, la Verdad y la Justicia del Hospital Posadas

Tribunal Federal Oral Nº 2

Camaristas: Dr. Jorge Tassara, Dr. Rodrigo Giménez Uriburu, y Dr. Jorge Luciano Gorini

Tribunales Oral N° 2: Comodoro Py 2002 (CABA – Retiro)

Historia de la represión en el Hospital Posadas

Tras el golpe de Estado cívico-militar del 24 de marzo de 1976, se efectuó en el Hospital Posadas un operativo militar a cargo del Ejército. Durante la madrugada del 28 de marzo, las Fuerzas Armadas conducidas por el General Reynaldo Benito Bignone ocuparon el Hospital con tanques, helicópteros y personal militar fuertemente armado.
Con la excusa de que éste era un Hospital de guerrilla para la atención clandestina de heridos, que funcionaba como depósito de armas y centro de adoctrinamiento ideológico, de la existencia de un túnel y de la desaparición de ropas y equipos, el Hospital fue ocupado militarmente con el objetivo explícito de acabar con las supuestas “actividades subversivas” que tenían lugar en la institución.
Más de 100 soldados se apostaron en las entradas del Hospital generando un clima de terror que incluyó la requisa violenta de pacientes y trabajadores. El Coronel Médico Agatino Di Benedetto, quién quedó a cargo del Hospital, seleccionó al personal que fue detenido y torturado mediante "listas negras" y a través de resoluciones internas dispuso:

• La requisa de las instalaciones y el inventario y recuento físico de bienes
• La declaración en comisión a todo el personal
• La identificación de personas y la investigación del personal supuestamente subversivo y/o colaborador
• La detención de los presuntos activistas a quienes se les aplicó la ley de seguridad
• La prescindibilidad del personal detenido y la prohibición de su entrada al establecimiento
• La prohibición del funcionamiento gremial

Entre el 28 y el 31 de marzo de 1976 más de 50 trabajadores y dirigentes gremiales del Hospital fueron detenidos ilegalmente, privados de su libertad frente a testigos intimidados a punta de fusil y trasladados con destino desconocido por lapsos de tiempo variables (de 5 días a 9 meses). Fueron víctimas de golpes, vejaciones, secuestros, familiares lastimados y domicilios allanados y dañados. Todas las detenciones que se realizaron fueron ilegales, sin orden judicial ni apertura de causas penales a los detenidos.
En investigaciones posteriores, todas las versiones que motivaron la ocupación militar del Hospital fueron desautorizadas y desechadas.
En abril de 1976 se designó al Coronel Médico Julio R. Esteves como Director Interino. Se retiró el Ejército del Hospital y se organizó un sistema de vigilancia paramilitar coordinado por el Subcomisario de la Policía Federal Ricardo Nicastro. El grupo de tareas, autodenominado SWAT, comenzó una nueva etapa de represión dentro del Hospital, aún más violenta. Este grupo de tareas coordinado por el Subcomisario de la Policía Federal Ricardo Nicastro, se movió impunemente en el Hospital con actitudes amedrentadoras generando un clima intimidatorio. En “El Chalet” del predio del Hospital se instauró un Centro Clandestino de Detención y se consolidó el terror en el Hospital y “se transformó un centro de vida en un centro de muerte”.

Trabajadores del Hospital Posadas que continúan desaparecidos:

Ignacio Jesús LUNA SÁNCHEZ - Estudiante Técnico de Hemoterapia (Detenido / Desaparecido 25/07/1976)
Josefina Teresa PEDEMONTE DE RUIZ VARGAS - Empleada de Guardería (Detenida / Desaparecida 10/08/1976)
María Teresa GARCÍA DE CUELLO - Empleada de Esterilización (Detenida / Desaparecida 26/11/1976)
Jacobo CHESTER - Empleado de Estadística (Detenido / Desaparecido / Asesinado 27/11/1976)
María Ángela CAIRO DE GARASSINO - Enfermera de Emergencias (Detenida / Desaparecida 27/11/1976)
Osvaldo Enrique FRAGA - Enfermero de Emergencias (Detenido / Desaparecido 01/12/1976)
Jorge ROITMAN - Médico (Detenido / Desaparecido 02/12/1976)
Julio César QUIROGA - Empleado de Imprenta (Detenido / Desaparecido 05/01/1977)
Eduardo CARLAS SALA - Médico (Detenido / Desaparecido 14/01/1977)
Daniel Eduardo CALLEJA - Médico Psiquiatra (Detenido / Desaparecido 22/03/1977)
María Esther GOULECDZIAN - Psicóloga (Detenida / Desaparecida 01/08/1977


Sistema represivo del Oeste:
Según el esquema represivo diseñado por la Junta Militar, el Hospital Posadas estuvo, por su ubicación geográfica, bajo el control operacional de la zona 1, subzona 16, área 160, que dependió del Primer Cuerpo del Ejército, específicamente de la I Brigada Aérea con base en El Palomar y que constituyó un circuito represivo integrado por Policía Federal, Policía de la Provincia de Buenos Aires, Fuerza Aérea, Ejército y Ministerio de Bienestar Social de la Nación.

Fuente: Comisión de DDHH por la Memoria,

la Verdad y la Justicia del Hospital Posadas

Fiesta de la primavera

Se festejó el dia de la primavera, a toda fiesta con el barrio, los pibes y las pibas que jugaron , cantaron y bailaron hasta que les dolian los pies. Se cortó la calle, Isleños y se vistio de colores y se llenó de música, caras alegres y sonrientes, en la tarde de domingo que corto con el astio.

El Centro Grandes Chiquitos organizó y llevo a cabo el festejo, que nucleo a mucha gente del barrio San Pedro, que pudo pasar una hermosa y tranquila tarde. Los juegos para los más chiquitos, fueron increibles , por la gran participación. El cuidado y el amor con el que se trató a todos, es admirable y merece ser nombrado. Por que de esta manera, es como vamos a revertir el odio y las mesquindades y sobre todo, hacer visibles a los pibes y pibas desde otro lugar, el de la organización, la creatividad y los sueños que estaban ahí y se podian ver.

También se presento el proyecto del Bachillerato Popular para jovenes y adultos que comenzará a funcionar el año que viene. Entendiendo la necesidad de generar espacios educativos transformadores de la vida social y del sujeto.

La apuesta va subiendo y el compromiso cada vez más colectivo, más cerca de todos y con la esperanza que se hace camino.

Más de cien municipios

Cuentan con la línea para denunciar derechos vulnerados en niños

El servicio telefónico gratuito de la provincia de Buenos Aires (línea 102) que funciona bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social provincial, a través de la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia, brinda asesoramiento en temas relacionados con la promoción y protección de los Derechos de los niños, ya está funcionando en 104 municipios del territorio de la provincia.

Según un trabajo estadístico realizado por esta cartera, el 102 resuelve en promedio unas 200 situaciones al mes recibidas a través de llamados, según los datos que surgen entre el 1º de enero y el 31 de agosto de este año.

Las estadísticas de los llamados, muestran que en ese período se recibieron un total de 1586 denuncias, de las cuales 440 fueron realizadas por la madre o el padre del niño o niña (27,74 %), 425 por los abuelos (26,79 %), 213 por otros familiares (13,44%), 275 por un vecino (17,34%), 75 por el propio chico o adolescente (4,72) mientras que el resto de los llamados, 158 (9,97 %), fueron efectuados por un amigo, un docente u otras personas relacionadas.

Además, durante este 2011, la línea 102 atendió otros 500 llamados donde se brindó asesoramiento e información sobre el Sistema de Promoción y Protección de Derechos.

Este servicio telefónico funciona las 24 horas, los 365 días del año y es atendido por personal capacitado para orientar sobre cada caso y cuando resulte necesario, se derivará hacia otro efector del Sistema.

En ese sentido, el ministro de Desarrollo Social provincial, Baldomero Álvarez de Olivera, aseguró que “el gobernador Daniel Scioli le ha otorgado un fuerte impulso al Sistema de Promoción y Protección de los Derechos, que establece la ley 13.298. Estas políticas resuelven miles de casos al año de niños y adolescentes cuyos derechos han sido vulnerados a través de equipos interdisciplinarios que trabajan en todo el territorio provincial”.

“Instamos a toda la sociedad a que denuncien todos los casos en esta línea telefónica gratuita y anónima, para que podamos ayudar a quienes son prioridad para todos, los niños y los adolescentes”, agregó el ministro.

La cartera social, a través de la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia, que encabeza Pablo Navarro, es el organismo específico definido para dar cumplimiento a las políticas de prevención, asistencia y participación activa en su comunidad de menores de 18 años en situaciones de vulnerabilidad social y familiar.

Fuente: NCO

Identifican restos de tres personas desaparecidas durante la dictadura



Fueron reconocidos por la Cámara Federal, que ya ordenó la entrega de los cuerpos a los familiares. Son los restos de un ciudadano austríaco desaparecido en Avellaneda, de un joven que apareció sin vida en Pilar y de una militante peronista estudiante de Derecho (foto) que fue hallada muerta en La Matanza.

Las resoluciones se dieron en el marco de las actuaciones, encabezadas por el juez Horacio Cattani, por la búsqueda de la verdad y destino final de desaparecidos durante el último gobierno militar.

En el edicto judicial, además, concluye: “Se dispuso la extracción de testimonios para su remisión al Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal nro. 3, donde tramita la causa nro. 14.216/03 ‘Suárez Mason, Carlos G. y otros…’, por tratarse de ilícitos cometidos en la jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército”.

En los tres casos colaboraron el Equipo Argentino de Antropología Forense, con las exhumaciones y los informes antropológicos, y los laboratorios “The Bode Technology Group Inc.” (E.E.U.U.) y L.I.D.M.O. (Córdoba), con la confección de los estudios genéticos.

Con estos resultados, las tareas emprendidas por este Tribunal, en el marco de la “búsqueda de la verdad”, tendientes a determinar el destino de personas desaparecidas durante el período 1976/1983, permitieron hasta el momento lograr 222 identificaciones, con entrega de restos en 192 casos.

Los cuerpos identificados
El primer desaparecido reconocido en el marco de esta actuación fue el austríaco Wolfgang Achtig, un trabajador de la fábrica Ferrum, quien al momento de su secuestro, ocurrido el 15 de septiembre de 1977 en Avellaneda, tenía 32 años de edad. Sus restos forman parte de los 336 esqueletos recuperados, entre los años 1988 y 1992, del Cementerio Municipal de Avellaneda.

El segundo es Ernesto María Saravia, de 19 años de edad, secuestrado el 6 de agosto de 1976 y una de las treinta personas que fueron halladas sin vida el día 20 de agosto de 1976 en la localidad de Fátima, Partido de Pilar, en el hecho conocido como la “Masacre de Fátima”.

La tercera persona es Camila Elisabet Azar, una estudiante de Derecho de 21 años de edad, que fue secuestrada el 20 de diciembre de 1976 en La Plata, donde vivía en una pensión, ya que estudiaba en la Universidad Nacional de La Plata.

Camila era militante de la Juventud Universitaria Peronista, y corrió la misma suerte que otros compañeros de militancia, que también fueron detenidos-desaparecidos. Las constancias documentales reunidas señalan que el 5 de enero de 1977 fueron hallados en la vía pública los cuerpos sin vida de diez personas, en el Partido de La Matanza. Uno de ellos era el de Azar.

Sus restos fueron exhumados en el año 2006 del Cementerio Municipal de Villegas, en Isidro Casanova.

Fuente: El 1

Manifiesto de Buenos Aires:

Por un abordaje subjetivante del sufrimiento psíquico en niños y adolescentes, no al dsm

…Tal como planteamos ya en el Consenso de Expertos del Área de la Salud sobre el llamado "Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad" (2005): “hay una multiplicidad de "diagnósticos" psicopatológicos y de terapéuticas que simplifican las determinaciones de los trastornos infantiles y regresan a una concepción reduccionista de las problemáticas psicopatológicas y de su tratamiento”. Son enunciados descriptivos que se terminan transformando en enunciados identificatorios.
En ese sentido, un Manual como el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desordenes Mentales de la American Psychiatric Association en sus diferentes versiones), que no toma en cuenta la historia, ni los factores desencadenantes, ni lo que subyace a un comportamiento, obtura las posibilidades de pensar y de interrogarse sobre lo que le ocurre a un ser humano.
Esto atenta contra el derecho a la salud, porque cuando se confunden signos con patologías se dificulta la realización del tratamiento adecuado para cada paciente.
A la vez, con el argumento de una supuesta posición ateórica, el DSM responde a la teoría de que lo observable y cuantificable pueden dar cuenta del funcionamiento humano, desconociendo la profundidad y complejidad del mismo, así como las circunstancias histórico-sociales en las que pueden suscitarse ciertas conductas.
Más grave aún, tiene la pretensión de hegemonizar prácticas que son funcionales a intereses que poco tienen que ver con los derechos de los niños y sus familias.
En esta línea, alertamos tanto sobre el contenido como sobre el impacto, que en el campo de la salud mental, tienen el DSM IV TR o el DSM V en preparación. Presentados inicialmente como manuales estadísticos a los fines de una epidemiología tradicional, en las últimas décadas han ocupado el lugar de la definición, rotulación y principal referencia diagnóstica de procesos de padecimiento mental.
Con el formato de clasificaciones y recetas con título de urgencia, eficiencia y pragmatismo se soslayan las determinaciones intra e intersubjetivas del sufrimiento psíquico.
Consideramos que es fundamental diagnosticar, a partir de un análisis detallado de lo que el sujeto dice, de sus producciones y de su historia. Desde esta perspectiva el diagnóstico es algo muy diferente a poner un rótulo; es un proceso que se va construyendo a lo largo del tiempo y que puede tener variaciones (porque todos vamos sufriendo transformaciones).
En relación a los niños y a los adolescentes, esto cobra una relevancia fundamental. Es central tener en cuenta las vicisitudes de la constitución subjetiva y el tránsito complejo que supone siempre la infancia y la adolescencia así como la incidencia del contexto. Existen así estructuraciones y reestructuraciones sucesivas que van determinando un recorrido en el que se suceden cambios, progresiones y retrocesos. Las adquisiciones se van dando en un tiempo que no es estrictamente cronológico.
Es por esto que los diagnósticos dados como rótulos pueden ser claramente nocivos para el desarrollo psiquico de un niño, en tanto lo deja siendo un “trastorno” de por vida.
De este modo, se borra la historia de un niño o de un adolescente y se niega el futuro como diferencia.
El sufrimiento infantil suele ser desestimado por los adultos y muchas veces se ubica la patología allí donde hay funcionamientos que molestan o angustian, dejando de lado lo que el niño siente. Es frecuente así que se ubiquen como patológicas conductas que corresponden a momentos en el desarrollo infantil, mientras se resta trascendencia a otras que implican un fuerte malestar para el niño mismo.
A la vez, suponer que diagnosticar es nominar nos lleva a un camino muy poco riguroso, porque desconoce la variabilidad de las determinaciones de lo nominado.
Asimismo, las clasificaciones tienden a agrupar problemas muy diferentes sólo porque su presentación es similar.
El DSM parte de la idea de que una agrupación de síntomas y signos observables, que podemos describir, tiene de por sí entidad de enfermedad, una supuesta base “neurobiológica” que la explica y genes que, sin demasiadas pruebas veraces, la estarían causando.
El manual intenta sostener como “datos objetivos” lo que no son más que enumeraciones de conductas sin sostén teórico ni validación clínica. Es paradójico, porque una reunión de datos pasa a ser supuestamente el modelo que se pretende utilizar para dar cuenta de la patología psíquica, negando con esto toda exploración más profunda y obviando la incidencia del observador en la calificación de esas conductas.
Así, el movimiento de un niño puede ser considerado normal o patológico según quién sea el observador, tanto como el retraso en el lenguaje puede ser ubicado como “trastorno” específico o como síntoma de dificultades vinculares según quién esté “evaluando” a ese niño.
Esto se ha ido complicando a lo largo de los años. No es casual que el DSM-II cite 180 categorías diagnósticas; el DSM –IIIR, 292 y el DSM-IV más de 350. Por lo que se sabe hasta el momento, el DSM V, ya en preparación, planteará, gracias al empleo de un paradigma llamado “dimensional” muchos más “trastornos” y también nuevos “espectros” , de modo tal que todos podamos encontrarnos representados en uno de ellos.
Consideramos que este modo de clasificar no es ingenuo, que responde a intereses ideológicos y económicos y que su perspectiva, en apariencia “a-teorica”, no hace otra cosa que ocultar la ideología que subyace a este tipo de pensamiento, que es la concepción de un ser humano máquina, robotizado, con una subjetividad “aplanada”, al servicio de una sociedad que privilegia la “eficiencia”.
Esto también se expresa a través de los tratamientos que suelen recomendarse en función de ese modo de diagnosticar: medicación y tratamiento conductual, desconociendo nuevamente la incidencia del contexto y el modo complejo de inscribir, procesar y elaborar que tiene el ser humano.
En relación a la medicación, lo que está predominando es la medicalización de niños y adolescentes, en que se suele silenciar con una pastilla, conflictivas que muchas veces los exceden y que tienden a acallar pedidos de auxilio que no son escuchados como tales. Práctica que es muy diferente a la de medicar criteriosamente, “cuando no hay más remedio” en que se apunta a atenuar la incidencia desorganizante de ciertos síntomas mientras se promueve una estrategia de subjetivación que apunte a destrabar y potenciar, y no sólo suprimir. Un medicamento debe ser un recurso dentro de un abordaje inter disciplinario que tenga en cuenta las dimensiones epocales, institucionales familiares y singulares en juego.
Entonces, en lugar de rotular, consideramos que debemos pensar qué es lo que se pone en juego en cada uno de los síntomas que los niños y adolescentes presentan, teniendo en cuenta la singularidad de cada consulta y ubicando ese padecer en el contexto familiar, educacional y social en el que ese niño está inmerso.

Por consiguiente, los profesionales e instituciones consideramos que:

1) Los malestares psíquicos son un resultado complejo de múltiples factores, entre los cuales las condiciones socio-culturales, la historia de cada sujeto, las vicisitudes de cada familia y los avatares del momento actual se combinan con factores constitucionales dando lugar a un resultado particular.

2) Toda consulta por un sujeto que sufre debe ser tomada en su singularidad.

3) Niños y adolescentes son sujetos en crecimiento, en proceso de cambio, de transformación. Están armando su historia en un momento particular, con progresiones y regresiones. Por consiguiente, ningún niño y ningún adolescente puede ser “etiquetado” como alguien que va a padecer una patología de por vida.

4) La idea de niñez y de adolescencia varía en los diferentes tiempos y espacios sociales. Y la producción de subjetividad es distinta en cada momento y en cada contexto.

5) Un etiquetamiento temprano, enmascarado de “diagnóstico” produce efectos que pueden condicionar el desarrollo de un niño, en tanto el niño se ve a sí mismo con la imagen que los otros le devuelven de sí, construye la representación de sí mismo a partir del espejo que los otros le ofertan. Y a su vez los padres y maestros lo mirarán con la imagen que los profesionales le den del niño. Por consiguiente un diagnóstico temprano puede orientar el camino de la cura de un sujeto o transformarse en invalidante. Esto implica una enorme responsabilidad para aquél que recibe la consulta por un niño.

6) Todos los niños y adolescentes merecen ser atendidos en su sufrimiento psíquico y que los adultos paliemos sus padecimientos. Para ello, todos, tan sólo por su condición ciudadana, deberían tener acceso a diferentes tratamientos, según sus necesidades, así como a la escucha de un adulto que pueda ayudarlo a encontrar caminos creativos frente a su padecer y a redes de adultos que puedan sostenerlo en los momentos difíciles.

www.forumadd.com.ar.

Los cambios en la escuela, en la mesa y en el trabajo


El informe elaborado por seis universidades nacionales a pedido del Ministerio de Educación indaga en los cambios de la vida cotidiana. Las mejoras en los índices escolares, en la familia y en la alimentación.

Lo que va cambiando. El informe detecta “un reconocimiento mayoritario” en el aumento del presentismo escolar, en la evidente mejora de las condiciones de vida y en el acceso a la posibilidad de recreación y nuevos consumos culturales. El Ministerio de Educación verificó que, efectivamente, la matrícula aumentó y, además, que es otra la forma de “estar en la escuela” de muchos alumnos. Se inscribieron más educandos y la tasa de retención mejoró. La trayectoria educativa es mejor, observándose menos repitencia, abandono y sobreedad. En 2006, el 23 por ciento de los alumnos tenía más edad de la esperada para el ciclo que cursaba, en 2010 ese porcentaje desciende al 17,7 por ciento, en correlato con la disminución de repitencia y abandono. El director de una escuela de Avellaneda pone el fenómeno en palabras: “Cuando se pone en aviso a uno de los padres de que el chico está en riesgo la situación cambia. Antes seguía en riesgo y abandonaba. Hoy el nivel de abandono es menor”. La asistencia social también llega más, explica una preceptora de Berisso. De nuevo, hay un “antes” y un “ahora”: “Para las asistentes (trabajadoras sociales) cambia porque antes iban a la casa y no las recibían. Ahora, con la obligatoriedad, es distinto”.

Los útiles, la comida. La AUH no es un subsidio al desempleo. En tendencia, la mayoría de los jefes de hogar tienen trabajos informales, a veces esporádicos. El agregado de los dos ingresos reconfigura la, siempre restringida y exigente, economía familiar. El modo en que las familias asignan los nuevos recursos, ya se dijo, es leído contradictoriamente entre los docentes. Los padres y los alumnos enfatizan que los útiles escolares y la comida son el principal destino. Refacciones en la vivienda, otro caso. La experiencia del Ministerio de Educación y muchas escuelas corrobora sus dichos. Desde principios de 2011 se redujo sensiblemente el número de pedidos de útiles a las autoridades nacionales, provinciales y municipales. En parte, explican conocedores del terreno, es que hay más plata en los hogares. En parte, es que los chicos prefieren darse un gustito eligiendo tal o cual cartuchera, mochila o lapicera. El pago en las cooperadoras aumentó, informa la directora de un colegio en Junín, “antes era menos, casi nada”. Se completa un círculo virtuoso, conmovedor. La familia retribuye, aporta a la comunidad educativa, más allá de lo que le sería exigible.

A comer. El menú cotidiano es otro, las familias dan cuenta. “Les compro dulces y frutas”, comenta una madre formoseña. Una alumna de Melchor Romero se entusiasma, entre otros motivos porque, argentina al fin, puede convidar: “Ahora comemos pollo al horno, más seguido asado... invitamos a gente a la casa a comer, más a los chicos de la iglesia a comer pizza”. Los comedores escolares están, por lo general, menos poblados. A veces los alumnos demuestran nuevas exigencias: “A los pibes les gusta la milanesa, el puré... si les das acelga, digamos, antes la comían porque en la casa había necesidad, no había comida, pero ahora es como que no la comen” (un inspector regional). Por cierto, ni los menores ni las familias son ascéticos, puritanos o estoicos. El consumo entusiasma, los testimonios dan cuenta de “galletitas para mi hermano”, “una Coca cola en la mesa, pedir chocolate y comprarle”. Hay quien se manda a un McDonald’s el día de cobranza para que la nena tenga sus “papitas fritas”. La escuela, se razona en el informe, se “va librando de las múltiples tareas que había asumido durante la crisis social”. Recupera, parcialmente más vale, su rol esencial. No es sencillo ponerse a la altura, reconocen a este diario asesores muy cercanos al ministro Alberto Sileoni. En la secundaria, especialmente, va virando un paradigma: se había convertido en una escuela selectiva. Los nuevos educandos, muchos de ellos primera generación en la familia que va a la secundaria, proponen desafíos. Más trabas en el aprendizaje, menos adecuación a la disciplina y las rutinas, más proclividad a “entrar y salir” del sistema. En los hogares de clase media, como norma, no se “negocia” si el chico cursará el secundario. El menor de estratos más humildes sí lo hace, pues la escuela compite con “la calle”, la posibilidad de trabajar o de emprender otro camino. Acaso esto explique, en parte, las reticencias de varios docentes, menos optimistas respecto del desempeño de los papás, como integrantes de la comunidad educativa y como administradores del dinero. “Los padres no dan bola”, cuestionan preceptores de Junín. Hay quien les imputa total desapego: “Sólo les importa cobrar la AUH” (trabajadora social de Berisso). “Ves a los chicos con las zapatillas rotas y están con la mejor cámara digital” (directora de escuela en Junín). Otros denuncian que los chicos llegan “con ropa vieja, faltos de higiene” (director de escuela en Formosa). O sin ganas de estudiar. Otros maestros, mayoría según el Informe, piensan de modo muy distinto, por ejemplo un chaqueño: “Antes capaz los chicos venían a pedirnos pan y ahora tienen que venir a estudiar”. Tal vez registren multiplicidad de situaciones o de conductas, no ha de ser puramente homogéneo un universo de casi un millón de familias. La diversidad de consumos es otra novedad, que se debate.

Consumos. “Antes veíamos las cosas por la tele y (los chicos) decían ‘¿cuándo vamos a ir?’. El año pasado fuimos a lo que fue el Bicentenario, este año fuimos a lo de la murga, en Boedo. Aparte, nosotros nos enganchamos en todo. Hay un recital gratis a beneficio, si podemos vamos todos”, cuenta una mamá. La ampliación de ciudadanía se trasunta en nuevos consumos culturales, anche el Bicentenario, que algunos observadores creyeron un reducto de las clases medias. Seguramente Tecnópolis fue otro centro de atracción, no registrado en el Informe por su fecha de confección. Los MP3, celulares, golosinas para el recreo son partes de nuevos patrimonios. Hay docentes que ven en esos accesos una mejora en las condiciones cualitativas de acceso al aprendizaje. Otros barruntan un desperdicio. Una preceptora de Melchor Romero propone un discurso más sofisticado, con reconocimientos y prevenciones: “Tienen que comprar porque así recuperan la dignidad. Cuando esa moneda es gratis se la gastan en puchos, en chicles, en Coca Cola. Se terminan acostumbrando a todo lo que se les da”. Un director del Chaco matiza más, comprende ciertas decisiones, pero alerta: “Con el recibo de la Asignación les dan el crédito para la moto. Esperemos que después la plata sea para los chicos y no para otra moto”. La moto, la bicicleta son elecciones habituales, para nada caprichosas ni superfluas. En muchos confines del Conurbano o del interior de provincias el transporte público funciona mal, si es que existe. La movilidad propia deviene un imperativo. Acceder a la motito es ganar tiempo y calidad de vida. Los críticos remarcan, más de una vez, un potencial conflicto con la cultura del trabajo: “(La AUH) hace que la gente no quiera superarse. No se apuesta al trabajo, que es lo que dignifica”, reflexiona una empleada de maestranza de una escuela de Formosa.

Reparar, pagar, reedificar. El aumento del Presupuesto educativo, la inversión en infraestructura, las netbooks para todos, la mejora sensible en el salario docente forman un combo que eleva la base material del sistema. La AUH incentiva a los padres a escolarizar a sus pibes y fomenta que éstos lleguen menos desprovistos a las aulas. Que “estén”, antes que nada. Que tengan “otra forma de estar”, después. Las suicidas políticas económicas de fin del siglo XX sumieron a la Argentina en un pozo tremendo. Pérdida de derechos, destrucción del Estado y del aparato productivo, niveles inéditos de desocupación. En el plano que hemos sobrevolado, la escuela debió cubrir (con gran esfuerzo y pérdida en el aspecto educativo) roles propios de la asistencia social. Las familias se desmembraron, por primera vez en la historia convivieron dos y hasta tres generaciones que nunca trabajaron. La comensalidad familiar, por imperio de la necesidad, cedió paso a la alimentación en comedores comunitarios o escolares. Ese tobogán ha cesado, se está remontando... pero curar el daño y elevar el nivel de la calidad educativa no es tarea de meses, ni de años, ni de lustros. El rumbo económico elegido, la inversión social, el compromiso y la dignidad de las familias son condiciones necesarias de la solución. No deben estimular la euforia (muy bajo habíamos caído, muy a mitad del camino estamos) pero sí el optimismo de la voluntad.

Fuente Página 12