El Drama de los chicos perdidos también se vive en La Matanza
Son, al menos, 24 los menores del Distrito que faltan de sus hogares, según datos del Registro de Personas Desaparecidas de la provincia de Buenos Aires y de la ONG Missing Children.
Por Emiliano Suárez
PRODUCCIÓN: Gabriela Guibaud
“Mirá que vamos a salir con la nena. Te dejo las llaves”. Esas fueron las palabras que Rosmary Torrico, vecina de Rafael Castillo, escuchó de boca de su esposo el día que vio por última vez a su hija Estefanía. De eso, ya pasaron seis años y medio. La nena apenas tenía dos. Y, hasta el momento, nadie sabe nada de ella.
Hoy, su cara forma parte de la lista de chicos perdidos que hay en La Matanza y cuyos rostros se reflejan en afiches y boletas de electricidad. Según el Registro de Personas Desaparecidas de la provincia de Buenos Aires y la ONG Missing Children, existen, al menos, 24 menores del Distrito que faltan de sus hogares y que nadie pudo encontrar.
La repercusión que tomó el caso de Candela Rodríguez conmovió a toda la sociedad y permitió poner en discusión qué se está haciendo por hallar a los más de mil niños que desaparecen por año en el país. “Recibimos un promedio de tres denuncias diarias. Pero, en estos días, cuando está el tema instalado en todos los medios, llegamos a recibir hasta siete denuncias por día”, aseguró Lidia Grichener, titular de Missing Children.
Por ese motivo, la mujer asegura que “la difusión es importante para que los menores puedan retornar lo más pronto posible a sus casas”, al tiempo que reclamó que el Estado debería contar con personal especializado para llevar adelante este tipo de investigaciones.
“Hay casos en los que nunca se siguieron las pistas y es la familia la que va detrás de alguna noticia, perdiendo tiempo y la posibilidad de convivir con sus hijos”, expresó.
La provincia de Buenos Aires tiene un Registro de Personas Desaparecidas que, hoy, trabaja en 1.700 casos y que se ocupa de “consignar que la persona está desaparecida y hacer periódicos llamados al denunciante para ver si persiste esa condición”, explicó su director, Alejandro Incháurregui. No obstante, no cuenta con un equipo especializado que salga a la calle a buscar a las personas. De eso se ocupa la Justicia.
Por ese motivo, Incháurregui remarcó que, ante la desaparición de un ser querido, “lo primero que hay que hacer es radicar la denuncia policial” y eludir “la trampa de que el efectivo le diga que no se la puede tomar hasta pasadas las 48 horas”.
“Eso es una gran mentira”, afirmó, porque no hay ningún fundamento legal. “No hay que esperar ni un minuto. Las primeras horas son las más importantes”, aseguró. De hecho, según sus registros, el 78 por ciento de los casos se resuelven en ese período de tiempo.
Un caso emblemático
En La Matanza, la búsqueda de Luciano Arruga es la que mayor resonancia tuvo en los medios de prensa, por tratarse de un caso de desaparición poco común y que involucraría a sectores de poder. Con solo 16 años, “le habían ofrecido robar para la policía de Lomas del Mirador. Como no aceptó, lo comenzaron a perseguir; hasta que lo desaparecieron el 31 de enero de 2009”, aseguró su hermana Vanesa.
Desde aquel entonces, el rostro del joven comenzó a difundirse en distintos sitios. “Fue un caso que empezó a tratarse con mucha discriminación. Hablaban de Luciano involucrándolo con un supuesto autosecuestro o con problemas con las drogas. Muchos periodistas nos terminaron pidiendo disculpas”, remarcó Vanesa.
Los familiares del menor encontraron en la organización de marchas y actividades culturales otro espacio de denuncia que les permitió recibir la promesa del intendente Fernando Espinoza de gestionar la clausura del destacamento policial donde Luciano había sido visto por última vez. Al cierre de esta edición, realizaban un acampe en la plaza de San Justo para que se acelere el proceso.
Fuente el P.1
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