miércoles, 17 de agosto de 2011

Tapa revista


Editorial


Escribir un editorial no es algo sencillo, tiene su complejidad y no a todos les va a gustar, eso desde ya. Es una especie de presentación, es decir: algo que no se dice todo el tiempo, es sintetizar y acercar un pensamiento hecho palabras, que se borronean en la pantalla. Y cuando se trata de derechos humanos, es aún más complejo, ya que toda la humanidad en sí, debería acceder a los derechos de manera igualitaria. Ya se están diciendo –eso no es posible – deja de soñar despierto – pero la verdad, es que no existe verdad, solo historias que se cuentan y se viven.

La mirada de la piba de la tapa ¿no te despierta sueños de libertad y de esperanza, de ir construyendo un barrio mejor? Y que no haya pibes que estén guardados en esos depósitos humanos denominados cárceles. Y que papá tenga laburo junto con mamá y vos puedas comer, vestirte, estudiar, jugar y soñar nuevamente soñar con otra realidad, con múltiples realidades y colores que nos encuentre en un mundo más cercano a la felicidad que la propia felicidad.

Por eso recuperando nuestra identidad, quiere hacer o intenta hacer un pequeño aporte, para que podamos soñar colectivamente y hacer cumplir esos sueños, para ir teniendo otros sueños y cumplirlos y seguir con otros sueños, hasta el infinito mismo de nuestra existencia, embarrándonos los pies para cambiar el barro en milagro y el milagro en igualdad, en justicia y libertad. ¿Se acerca un poco más a la felicidad no?

¿Nos vamos a quedar mirando la vida pasar por televisión o vamos a transitar un camino para hacer carne la mirada de la piba de la tapa, de esperanza e independencia?

"Las prisiones son un instrumento para que haya más criminales"

Según el sociólogo noruego Nils Christie, el concepto de castigo debe ser revisado

Miércoles 26 de setiembre de 2007 Publicado en la Edición impresa
Altísimo, casi a punto de rozar el techo del lobby, Nils Christie se deja caer en los sillones del hotel, ansioso por empezar a hablar. Como buen sociólogo, elude las trivialidades del clima y se anima a ir directo al corazón de los problemas: “Ustedes, los argentinos, viven en una sociedad que aumenta el uso del castigo de manera extrema. Las prisiones son un instrumento para producir más crímenes”.

Mediante palabras simples, este profesor de la Universidad de Oslo describe cuestiones complejas, como los conceptos de crimen, sufrimiento y castigo en el sistema penal, y los analiza desde el campo de la criminología. Autor de varios libros, como Los límites del dolor, Industria del control del delito y Los conflictos como propiedad, Christie vino al país para participar de un congreso de criminología, y aprovechó su visita para conocer mejor el sistema penal argentino, al que califica de “extraño y, a la vez, muy triste”, por la cantidad de presos sin condena que tiene.

“Hay un aumento de los niveles de dolor en la Argentina; si bien no están en el índice más alto, como sociedad deben estar muy preocupados”, afirmó.

Usted habla de dolor para referirse a las cuestiones penales. ¿Por qué usa ese término?

Hay palabras que no comunican, sino que le ocultan a la gente lo que realmente pasa. Se trata de camuflar los conflictos con palabras que no son del todo claras. El castigo frente a un hecho delictivo es uno de esos conflictos. Suena como algo bastante técnico y, sí, hay una cuestión técnica: si una persona comete un crimen tendrá una determinada cantidad de años de prisión. Pero esos años de prisión son, en realidad, años de sufrimiento impuesto. No es algo fácil de ver pero lo que estamos haciendo en la actualidad en derecho penal es infligir dolor.

¿Cree que el control de la delincuencia debería pasar por otro lado y no por mandar a más personas a prisión?

La prisión lastima a la gente. Después de unos años en prisión las personas están menos capacitadas para la vida, incluso mucho menos

de lo que lo estaban antes. En ese sentido, las prisiones son un instrumento productor de

crímenes. Otra cuestión importante es la situación de injusticia social detrás del crimen.

La población carcelaria está compuesta por personas pobres, de bajo nivel educacional y,

en su mayoría, con relaciones familiares disfuncionales. Están fuera del sistema y eso no mejora mientras están en prisión. Como dijo uno de mis estudiantes, mientras están presos tienen mucho de nada. Es una buena forma de describir el tiempo en una cárcel.

¿Coincide con los abolicionistas, que postulan la eliminación total del sistema penal?

No comparto completamente su visión. Hay ciertas cuestiones para las que hay que usar la fuerza del Estado. No podemos imaginar un Estado sin su poder final, como quieren los abolicionistas. Pero ésa es mi base de mínima, mi límite. Creo que no debemos abusar de ese instrumento tan fuerte. Y hay una tendencia en los países más industrializados a depender cada vez más del sistema penal. En Europa, por ejemplo, subieron los índices de la población carcelaria. Y en los Estados Unidos la situación esta fuera de control, con más de 2.3 millones de personas en prisión.

¿Y en la Argentina?

Acá no hay tantas personas en prisión, si se compara con los estándares de América latina. Ustedes están en el medio, pero con dos cuestiones muy peculiares. Primero, hubo un aumento tremendo de la población carcelaria. Según mis estimaciones, en 1992 había 20.000 personas en prisión; en 2001 se pasó a 41.000 presos y actualmente ustedes tienen 60.000 personas encarceladas. Es decir, que en este breve lapso de tiempo se triplicaron. Eso es algo muy raro y debe causar gran preocupación. Me parece que la sociedad debe involucrarse en un sistema de control moral, en debatir qué tipo de país quiere, si uno donde se aplique una gran cantidad de dolor, o uno relativamente pacífico.

¿Y la segunda cuestión?

Tienen a mucha gente encarcelada sin sentencia firme. Sus números son dramáticos. Si puedo confiar en mis estadísticas, en la actualidad tienen cerca del 60% de los presos sin sentencia firme. Como no están

sentenciados puede que no sean culpables. ¡Estas personas pasan en sus celdas uno, dos, tres años! ¡Es mucho sufrimiento! En la conferencia que di preguntaba cómo pueden tolerar esta situación en un país tan civilizado y

por qué el sistema funciona de manera tan lenta. Ustedes tienen una gran cantidad de jueces excepcionales, ¿cómo es posible que produzcan tan pocas decisiones?

¿Qué se podría hacer para modificar esta realidad?

Hay que lograr que el lenguaje se acerque al fenómeno. Si conocemos a la persona detrás de los actos, reaccionamos de modo completamente diferente. Es una cuestión central para mí.

¿Por eso promueve las cortes vecinales y los procesos de mediación?

Es muy importante para la persona culpable poder expresar su angustia, su enojo, sus condiciones de vida y también pedir perdón. Esa es la base detrás del proceso de paz y reconciliación de Nelson Mandela en Sudáfrica. Allí se pudo ver una y otra vez que las víctimas decían: "por fin pude saber qué le pasó a mi marido o a mi hijo". Incluso, los delincuentes pudieron decir algo. Esa es la base de la mediación.

¿No cree que ese tipo de cortes vecinales y de tribunales de mediación son posibles sólo en sociedades chicas? ¿Se puede trasladar esa experiencia a una metrópoli como Buenos Aires?

¡Estoy convencido de eso! Mientras caminaba por su ciudad me quedé sorprendido por las posibilidades de lograr una Buenos Aires decente y confiable. Habría que ayudar a las personas para que florezcan las relaciones vecinales. Dejarlas que lidien con sus propios conflictos. Porque los conflictos pueden producir cosas buenas, como que las personas comiencen a hablar entre ellas.

Con respecto a la mediación, ¿también se usa para cuestiones penales?

Sí, por supuesto, y cada vez son más los casos que la policía lleva a las cortes de mediación, aunque hay algunos límites. Esto pronto va a rebotar en Argentina, particularmente teniendo en cuenta que con el nivel de población carcelaria que tienen van a terminar arruinados. Acá hay un tema, ético pero también económico. Le mencioné que Estados

Unidos tiene 2,3 millones de presos, eso significa más de 700 presos cada 100.000 personas. Ustedes tienen 63 presos cada 100.000. Si bien es normal para el continente, ustedes no son Estados Unidos. No tienen sus recursos.

Usted trabaja con el concepto de que el crimen no existe. ¿Cómo es posible?

En mi libro Los límites del dolor digo que el crimen no existe, que es una construcción social. Por ejemplo, si usted toma dinero de la billetera de su madre, ella no va a pensar que usted es un delincuente y probablemente no llame a la policía. Pero si el que le saca dinero a la madre de usted es un vecino, usted puede pensar que es un criminal y seguramente llamará a la policía. Entonces, ¿cómo percibimos lo que es crimen?

¿Y cómo toma usted un asesinato, un secuestro?

Los actos terribles existen y no hay duda de que son terribles. En determinados casos ambas partes coinciden en que se trata de un crimen. Pero lo que yo pienso es que en la mayoría de los casos sería una buena idea aplicar la definición de crimen que indiqué y hablar de actos no queridos, porque eso obliga a poner los ojos no sobre lo que pasó sino sobre lo que se podría cambiar.

¿Qué piensan de usted los jueces?

Cuando empecé a decir estas cosas tuve mucha oposición, pero creo que hoy en día muchos de los jueces coinciden conmigo porque saben que no debemos sobrecargar el sistema penal. Creo que los jueces no se niegan a ver este punto. Por otro lado, un grupo que sí demuestra mucho interés, lo que fue toda una novedad para mí, es la policía. Están muy a favor de la mediación porque les da un nuevo papel, mucho más satisfactorio que correr por las calles y atrapar ladrones. En la antigüedad, el título de los policías era "oficiales de paz". Ayudaban a la paz social. Creo que eso es más rico y gratificante que sus tareas actuales. Al trabajar en los barrios y conocer a la gente ya no se hablaría de crímenes sino de que Peter hizo una tontería.

Fuente: eldelito.blogspot.com

Comunicado de Prensa Por la violenta represión en Jujuy.



Cuando se acaban las palabras, rápidamente comienzan las balas. La triste y dolorosa historia de la muerte. La represión y el olvido van de la mano y se cobran la vida de los pobres.

Ledesma endulza nuestra mesa con el azúcar manchado de sangre explotada. Y los gobiernos revuelven su tasa con la cuchara de la justificación jurídica incongruente. Hay leyes de derechos a la tierra en el artículo 14 bis. de la Constitución Nacional, ¿no se lo dan para leer a los policías que matan no?. Y en este sentido ¿no leen los jueces que ordenan este tipo de arrebato el artículo 75 bis. sobre el derecho a la recuperación de las tierras de los pueblos originarios? .

Todo se junta y se mezcla, en una interna feroz donde el pueblo queda atrapado por las armas que se pagan con vidas y cada tanto, se van cobrando, para que el sistema siga funcionando.

¿Hasta cuándo, Hasta cuando seguiremos en esta lógica de opresión?

Repudiamos enérgicamente todo acto de violencia contra el pueblo y decimos: solo el pueblo salvara al pueblo…

A.P.D.H. Matanza.

27 AÑOS DE LA MUERTE DE EDUARDO PIMENTEL


“Con mi viejo, Julio López no hubiera desaparecido”

Pablo Pimentel, titular de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) local, recordó a su padre —fallecido el 9 de agosto de 1984— como un “quijote que salía a pelear por sus principios”.

Son muy pocos los que conocen que, en La Matanza, vivió uno de los luchadores por los derechos humanos más importantes del país. Eduardo Pimentel fue uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), junto a otros militantes como Alfredo Bravo y Adolfo Pérez Esquivel.
¿Qué pensaría tu papá sobre los juicios a los represores?
Estaría contento, pero hubiera renegado muchísimo con el retraso de los juicios y hubiese generado ámbitos de lucha para que se hicieran en tiempo y forma. Su generación hubiera pegado varios gritos antes y, con tipos como él, hubiésemos evitado la segunda desaparición de Jorge Julio López.
¿Qué fue lo más valioso que te dejó como militante?
Lo que más le agradezco a mi viejo es haberme dejado un camino muy marcado de valores, que tiene como línea rectora el hecho de ser coherente, ético y vivir como uno predica. Eso es lo que observaba de mi papá: un tipo grande que se había quedado sin trabajo por mantener sus principios. Perdió un buen puesto en el ministerio de Bienestar Social porque se oponía a un sistema de vivienda que se estaba haciendo.
¿Cómo te gustaría que se recuerde su figura?
Me hubiese gustado que los gobiernos democráticos hubiesen tenido en cuenta algunas de sus propuestas. Por ejemplo, mi

papá no concebía que una familia no tuviera su territorio familiar en forma obligatoria. En su lugar, proponía que, cuando se constituía una pareja ante el Estado, este debía facilitarle el acceso a créditos y materiales de construcción para su vivienda.
También, se opuso con mucha fuerza al servicio miliar obligatorio.
Le mandó una carta documento pública a Reynaldo Bignone para que mi hermano Ignacio no hiciera el servicio militar. Y eso generó el interés de otros padres. Por esa razón se forma el Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio.
La carta no tuvo respuesta y Eduardo Pimentel decidió iniciar una huelga de hambre en la puerta del cuartel. Frente a los medios de comunicación, explicó que acudía a la patria potestad para negarse a que su hijo maneje un arma. “Fue tanta la presión, que Ignacio fue declarado no apto, por lo que se convirtió en el primer objetor de conciencia”, relata Pablo.
Esa fue su última lucha. En el primer acto que se organizó para presentar el proyecto de derogación ante el Congreso, el frío polar de aquel día le jugó una mala pasada. Era el 6 de agosto de 1984. Eduardo cerró su discurso y se volvió a su casa con una fuerte neumonía que lo llevó a la muerte tres días después.
Trabajo y militancia
Eduardo Pimentel se instaló en Ciudad Evita y abrió una fábrica de bolsas de polietileno que, todavía hoy, es el sustento de la familia.
Hizo su militancia partidaria como dirigente de la Democracia Cristiana, para la cual, en el '73, fue candidato a vicegobernador de la Provincia por la Alianza Popular Revolucionaria.
Pensar que había rendido dos veces para ingresar al colegio militar, en la misma camada que Jorge Rafael Videla. “Él repetía: 'Gracias a Dios rendí mal'”, recuerda Pablo.

Fuente: Emiliano Suárez Periódico uno

Maradona no dejó opositor con cabeza



“Duhalde me da asco. Lilita Carrió, ganas de vomitar. Macri hizo todo mal, es un hijo de papá”, definió el ex futbolista en una entrevista con la revista de cultura villera La Garganta Poderosa. También habló de Hebe de Bonafini y Barack Obama.

“Duhalde me da asco. Lilita Carrió, ganas de vomitar. Macri hizo todo mal, es un hijo de papá.” Diego Armado Maradona se despachó contra los principales referentes de la oposición. Lo hizo en una extensa entrevista a la revista de cultura villera La Garganta Poderosa. Allí habló de su pasado, de su infancia en Villa Fiorito, de Hebe de Bonafini, Fidel Castro y Barack Obama. De la presidenta Cristina Fernández de Kirchner señaló: “Está abriendo puertas que antes eran muy difíciles de abrir. Y en eso, hay que darle la derecha”.

“Yo soy y seré villero toda mi vida, y estoy orgulloso de haberme desenvuelto como un villero en un mundo donde todo el día te quieren llevar por delante”, contó Maradona a la publicación que está escrita, fotografiada, dirigida y financiada por vecinos de distintos barrios marginados del país. El ex entrenador de la Selección de fútbol aseguró: “Nos merecemos otro país, en el que todos seamos alegres. Pero eso no pasa y a mí me da muchísima bronca”, y no ahorró críticas a la hora de hablarles a los políticos.

- Mauricio Macri: “A mí vos no me hablés del hambre ni vengas a meterme los dedos en la nariz. Hablás de la pobreza y nunca te lustraste los

zapatos. Es más, no sabés ni que existe la pomada. Sos un hijo de papá, al que le llevaban el café con leche todos los días a la cama con medialunas de manteca. Con Macri tuve muchas agarradas y hoy está sospechado de haberte escuchado a vos diciéndole a una nami ‘mirá que te espero en la esquina’.

Tienen que escuchar lo que digo: está denunciado, está por ir en cana y lo vota el sesenta y pico por ciento...A mí la avenida Juan B. Justo me la cagó, yo quiero saber quién fue el arquitecto para decirle: ‘¡Hijo de puta, me cagaste Juan B. Justo!’. Bailando, es lo más duro que vi en mi vida. Así como se mueve, si Macri pisa una villa, le pegamos un voleo en el orto, porque en el barrio, si no bailás bien, te vas para afuera. Y Macri sería el primero en irse del baile. Me pregunto quién lo votó...El tipo hizo todo mal. Es un hijo de papá que no sabe nada”.

- Miguel Del Sel: “Están de moda los cómicos. Del Sel sacó el 35 por ciento en Santa Fe sin haber estado nunca en política. No es serio lo que pasa en la Argentina. No tengo nada contra Miguel, que me hizo reír muchísimo, pero el mejor chiste que metió fue el 35 por ciento en Santa Fe”.

- Ricardo Alfonsín: “Da lástima escucharlo hablar, sabiendo que le están dando cuerda detrás, como se puede advertir en la propaganda que está ahora en la televisión. A él, no le voy a entregar a Dalma y a Giannina. Ni a Claudia ni a Verónica, que está hoy conmigo. Ni a mis padres, ni a mis hermanos”.

- Eduardo Duhalde: “Que se presente de vuelta me da asco. Por favor, Duhalde, cortala. Ya robaste e hiciste desastres donde estuviste. Te metiste de prepo al sillón de Rivadavia, porque no te votó nadie y hoy estás de nuevo como si fueras Flavio Mendoza. ¡Pero por el amor de Dios, esto es un afano!”.

- Elisa Carrió: “Sinceramente a esta altura, cada vez que veo a Lilita en televisión, más ganas me dan de vomitar”.

- Cristina Fernández de Kirchner: “La Presidenta de la Nación está abriendo puertas que antes eran muy difíciles de abrir. Y en eso hay que darle la derecha”.

- Hebe de Bonafini: “Hebe quiere lo mejor para nosotros y no se va a ensuciar las manos a esta edad. A través de ustedes quiero hacerle saber que estoy con ella a morir. Si alguien metió la mano en la lata, no fue ella. Y de eso estoy seguro. La banco. Yo no quiero morirme sin saber qué pasó con (el atleta desaparecido) Miguel Sánchez y los 30 mil desaparecidos”.

- George W. Bush: “Hizo tan mal las cosas que fue el peor. Yo, en Cuba, tenía la foto de Clinton en la tapa del inodoro y un día que vino a visitarme Fidel, le dije: ‘Mirá dónde lo tengo al logi este’. Entonces él me respondió: ‘El que viene es peor’, por Bush. y no se equivocó”.

- Barack Obama: “Al presidente yanqui que transó con todo el mundo le preguntaría por qué no me dan la visa, si hay un montón de japoneses que hoy viven en Norteamérica y perdonaron que los yanquis les hayan metido una bomba atómica. Yo, porque me drogué en el pasado, no puedo entrar a Estados Unidos”.

- Hugo Chávez: “Ojalá que Dios le dé vida suficiente para que el proyecto que tiene con Fidel se concrete y para que pueda seguir luchando contra el gran poder, que es Estados Unidos. Todo pasa por ahí. Chávez tiene dos grandes cojones para pelearle y aparte tiene el petróleo, que es lo que buscan los americanos”.

Fuente: La Garganta Poderosa- Página 12

PERPETUA PARA DOS JEFES DE LAS FF. AA

Las sentencias llevaron un poco de paz a las víctimas de “El Vesubio”

Después de más de tres décadas, la Justicia condenó a algunos de los responsables de los secuestros, torturas y asesinatos ocurridos en el centro clandestino de detención de Aldo Bonzi. Los testimonios de quienes convivieron con la muerte.

Por Emiliano Suárez, Gabriela Guibaud, Julio D'Amore y Facundo Bonomi

Si la justicia llega tarde, ¿es justicia? De no serlo, las recientes condenas impuestas para siete represores que operaban en el ex centro clandestino de detención y tortura “El Vesubio” significaron, al menos, un gesto reconfortante para los sobrevivientes y los familiares de las víctimas.

El jueves 14 de julio, el Tribunal Oral Federal N° 4 los condenó con penas de entre 18 años de cárcel y prisión perpetua (Ver: Los represores y sus condenas) por hallarlos responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos hace más de tres décadas.

Los jueces Leopoldo Bruglia, Jorge Gorini y Pablo Bertuzzi comprobaron que los imputados fueron responsables de 156 hechos de privación ilegal de la libertad y tormentos cometidos entre 1976 y 1978, así como de 22 homicidios agravados.

La sentencia llegó luego de más de un año de audiencias en las cuales declararon unos 300 testigos, entre ellos muchos sobrevivientes, que dieron cuenta de los tormentos sufridos en el campo de concentración que estaba ubicado en Riccheri y Camino de Cintura, en Aldo Bonzi. Atrás, también, quedó la dilación de la causa que estuvo paralizada desde que se sancionaron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y que se reactivó luego de la anulación de estas legislaciones, en 2003.

Los testimonios
Se calcula que, en “El Vesubio” -el más importante de los diez centros de detención ilegal que funcionaron en La Matanza- estuvieron más de 2.500 personas desaparecidas, entre ellas algunas personalidades de la cultura como el escritor Haroldo Conti, el historietista Héctor Oesterheld y el cineasta Raymundo Gleyzer. Y fueron solo 200 las que pudieron sobrevivir y se presentaron a dar su testimonio en el juicio.

El primero en hacerlo, en esta instancia, fue Jorge Watts, un ex militante que estuvo 75 días secuestrado y más de siete meses preso. En diálogo con El1, el fundador de la Asociación de Detenidos Desaparecidos contó cómo fue abordado por un grupo de personas armadas que lo estaban esperando en la salida de su trabajo, en julio del '78, luego de haber sido delatado por los directivos de la empresa en connivencia con los grupos de tareas, según denunció.

“Me metieron en el piso del asiento de atrás de un Renault 12 blanco, sin ningún tipo de identificación y me llevaron hasta 'El Vesubio'”, relató. Allí, como todos, permaneció encapuchado y encadenado a la pared, soportó reiteradas sesiones de tortura y convivió, de cerca, con la muerte, según relató en su libro “Memoria del infierno”. “Al lado mío, asesinaron a patadas a un delegado del banco de Tokio; y una mujer perdió su embarazo de siete meses por la picana y los golpes”, recordó el ex integrante de la Vanguardia Comunista.

En la misma organización militó Guillermo Lorusso, quien fue secuestrado por paramilitares, en junio de 1978, y que, también, fue trasladado al centro clandestino de Aldo Bonzi. Hacía unos meses, había viajado a Europa para vincularse con los periodistas que llegarían al Campeonato Mundial de Fútbol, para denunciar los atropellos que estaban ocurriendo en el país. Cuando volvió, una patota entró a su domicilio y se lo llevó encapuchado junto a un compañero, después de robarle todos sus elementos de valor, entre ellos, un Fiat 600.

“Nos bajaron a los golpes y nos tiraron al piso, a pocos metros de una sala de torturas que estaba siendo utilizada. A mi amigo, lo torturaron inmediatamente”, lamentó. Así, estuvo 26 días esposado a otra persona y encadenado a la pared y tenía terminantemente prohibido hablar, en rigor de las amenazas de muerte.

“Había que escuchar las torturas a los compañeros y esperar tener suerte para el momento en que te tocara, y resistir para no dar ninguna información que pudiera favorecer otra captura”, dijo.
Una segunda causa
“El Vesubio” había comenzado a funcionar como centro de detención en agosto del ‘75, casi siete meses antes del golpe, y fue demolido por la dictadura a fines del ‘78, ante la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Funcionaba bajo la dependencia del primer cuerpo de Ejército, que encabezaba el ex general Carlos Suárez Mason; y uno de sus máximos responsables fue el ex coronel Pedro Durán Sáenz, quien estuvo imputado en esta causa, pero que falleció el pasado 6 de junio y sus crímenes quedaron impunes. Luego, el coronel Gustavo Cacivio asumió la jefatura del lugar, pero quedó fuera del proceso judicial por haber sido identificado tiempo después de su puesta en marcha.

Para juzgarlo, existe una segunda causa que ya se está ejecutando y que tiene, también, a otros cuatro procesados: el agente del Servicio Penitenciario Federal Néstor Cendón, el teniente coronel Jorge Crespi, el teniente coronel Federico Minicucci y el teniente coronel Faustino Svencionis.

La investigación está en etapa de instrucción en el juzgado de Daniel Rafecas y se estima que, el año que viene, será elevada a juicio oral.
Por un espacio para la memoria
La Municipalidad maneja el proyecto de convertir el predio de “El Vesubio” en un centro para la memoria, similar al de la ESMA.

“Esperamos que se modifique la orden de 'no innovar' que recae sobre el lugar para solicitar la cesión del espacio a los titulares del Mercado Central, los actuales dueños”, confirmó Gina Di Nardo, ex directora de Derechos Humanos y actual jefa de la Descentralizada Noroeste, que tiene a su marido desaparecido por la dictadura.

La intención es reconstruir, al menos, uno de los tres chalets que había en el lugar y sumarlo al monumento que se colocó en las inmediaciones. De la iniciativa participa, además, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza, cuyo titular, Pablo Pimentel, remarcó que la idea es “recuperar ese espacio para convertirlo en un lugar de homenaje para quienes estuvieron allí”. La sentencia a los represores fue declarada de interés municipal por el intendente Fernando Espinoza, que estuvo presente en la lectura del fallo.

El primero en denunciar
El titular del SUTEBA de La Matanza, Paulino Guarido, fue la primera persona en denunciar el infierno que se estaba viviendo en “El Vesubio”. Lo habían secuestrado en su casa de Lugano, una vez finalizado el Mundial '78, junto a su esposa Mónica, y trasladado al centro de detención. “Yo salgo a los pocos días y decido ir a la Justicia, pero el juez me interrumpió la declaración cuando quise dar precisiones”, recordó.

Su mujer estuvo desaparecida unos meses más, hasta que la trasladaron a la cárcel de Devoto y la “legalizaron”, jerga que se utilizaba para aquellos detenidos de los cuales se daba a conocer su paradero. Mónica estaba embarazada y tuvo a su hijo en la prisión.

Ambos participaban en el Centro de Estudiantes del profesorado donde cursaban y, por separado, mantenían cierta militancia partidaria. “No poníamos bombas ni fierros, pero creíamos que era lícito resistir de la manera que uno pudiera; y la nuestra era trasladar nuestra opinión y mantenernos organizados”, remarcó el docente.

CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD

“El 15 por ciento de los cautivos en El Vesubio eran judíos”

Así lo afirmó el juez federal Daniel Rafecas en el acto en conmemoración por el 17° aniversario del ataque terrorista a la Asociación Mutual Israelita Argentina, y destacó que la condición religiosa de los detenidos implicaba “mayor ensañamiento” hacia ellos por parte de sus captores.

“Se demostró, judicialmente, que el hecho de ser judío en un centro clandestino significaba un especial ensañamiento, un especial trato de brutalidad, de humillación”, aseguró esta mañana el juez Rafecas en el acto por el atentado contra la mutual israelí.

Así, se refirió el funcionario judicial, reconocido por su compromiso en la lucha contra la discriminación y el antisemitismo en la Argentina, al recordar la condena que emitió, recientemente, el Tribunal Oral Federal en lo Criminal N°4 contra siete militares y miembros del Servicio Penitenciario que actuaron en el centro de detención clandestino El Vesubio, que funcionó en La Matanza durante la última dictadura militar.

“También, está probado que ser judío en un centro clandestino en la Argentina significaba tener mayores chances de formar parte de un `traslado´, es decir, de pasar a ser un desaparecido”, denunció el juez.

Rafecas fue uno de los principales oradores en el acto que se desarrolló en la puerta de la reconstruida mutual que estalló el 18 de julio de 1994 y donde murieron 85 personas, y que cuentó con la presencia de la Presidenta Cristina Fernández y el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, entre otros funcionarios.

700 detenidos de pabellones evangelistas en huelga de hambre

Reclaman atención médica adecuada luego de que fallecieran 3 internos alojados en esos pabellones durante este año por enfermedades no asistidas. También piden por condiciones humanas de detención. Falta agua potable y calefacción, las ventanas no tienen vidrios y la alimentación es escasa. Los pabellones están sobrepoblados. Además, cuestionan la reiterada morosidad judicial.
El Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria visitó a los detenidos de los pabellones 7, 8, 13, 14 A, 15 y 16 A de la Unidad Penitenciaria Nº 9 de La Plata, que se encuentran en huelga de hambre desde el 1 de agosto. Allí constató que las condiciones de detención en el penal son totalmente contrarias a los estándares internacionales vigentes. Los detenidos reclaman a los Poderes Ejecutivo y Judicial, el cumplimiento de las normas mínimas que rigen sus condiciones de detención y el acceso a la justicia.
La atención de la salud es deficiente: en el transcurso del 2011 fallecieron tres personas en la unidad por cuestiones de salud no atendidas debidamente. La atención de la salud se agrava en todo el sistema penitenciario, de las 133 muertes registradas en el Sistema provincial en 2010, 95 respondieron a casos de enfermedades no asistidas de manera adecuada. Se entrevistaron detenidos con enfermedades graves no asistidos, sin medicación ni tratamientos, pacientes con VIH, TBC y otras enfermedades graves sin control o medicación, detenidos con bolsas de colostomía desde hace más de dos años sin ser operados y diferentes casos que se agravan por la deficiente alimentación que provee el SPB. Los turnos de atención en los hospitales son habitualmente cancelados por deficiencias del SPB para el traslado de los detenidos.
A raíz de los problemas con la alimentación y medicación, los detenidos con VIH, gastritis u otras enfermedades se encuentran muy débiles. La alimentación es de escasa en cantidad y calidad, no se provee de dietas gástricas prescriptas ni de

lácteos, verduras ni frutas, y las porciones de carne son nulas; tampoco se les permite a los familiares ingresar alimentos en las visitas.
Otro agravante son las condiciones inhumanas de detención: los pabellones no cuentan con agua potable, no hay calefacción y las ventanas no tienen vidrios. Tampoco acceden a duchas y no les proveen elementos de limpieza o aseo personal. Las instalaciones eléctricas no cumplen con los recaudos mínimos de seguridad, cables colgando sin aislamiento e instalaciones sobrecargadas que provocan cortes de energía frecuentes.
Esto se produce en pabellones sobrepoblados y con problemas de hacinamiento que contribuyen a la propagación de enfermedades. Mientras que los estándares internacionales indican para el alojamiento 7 mts2 por detenido, aquí se alojan 2 personas en 4,5 mts2.
También se denuncia el maltrato que padecen los familiares que concurren a visita, quienes son sometidos a requisas vejatorias e inhumanas.
La mayoría de los detenidos denuncia también la morosidad judicial, falta de celeridad en los juicios o apelaciones, falta de contacto con jueces y defensores, plazos excesivos de prisión preventiva.
La huelga continúa a la espera de respuestas estructurales de parte de las autoridades provinciales y judiciales, a los reclamos planteados.
El Comité contra la Tortura inició un habeas corpus colectivo que tramita ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 5 de La Plata solicitando la rápida intervención para mejorar las condiciones de detención inhumanas descriptas y garantice el acceso a una atención médico-sanitaria adecuada. También se iniciaron más de 80 habeas corpus individuales en casos de detenidos con graves violaciones de derechos y nulo acceso a la justicia. El Tribunal aun no resolvió el habeas corpus, pero dispuso la inmediata atención médica de todos los detenidos.

Fuente: Agencia Rodolfo Walsh