Los derechos de los niñ@s y adolescentes, no son solo una ley que debe cumplirse, son además un fundamento básico e indispensable para el presente y el futuro de nuestro país. Es indispensable, considerar que debemos reconstruir y recuperar nuestros sentidos de pertenencia y de unidad, como a su vez, eso desde ya, se transfiere a la identidad.
En un lugar donde se secuestro niñ@s y que después de 35 años, recién vamos haciendo verdad, gracias a esas mujeres cuyo coraje no es comparable a nada abuelas y madres de plaza de mayo. Y en donde podemos decir, que se está haciendo justicia, ese es el camino y esa es, en definitiva la senda a seguir, sin prisa, pero sin pausa, con el convencimiento de un pueblo, que quiere ser libre y cuidar su futuro hoy.
No sirven esos argumentos disecados en el tiempo y la brutalidad, de que todos los pibes son chorros, eso es de tal discriminación que atenta contra sí mismo. No entendiendo, que está repitiendo esquemas de poder y legitimando un discurso del poder contra los más pobres.
Las dificultades son muchas, pero los pasos hacia una nueva configuración del poder popular, que pueda ir haciendo conciencia y siendo parte del proceso de cambio paradigmático de nuestros días, son cruciales y ya no pueden detenerse.
Nuestras leyes son de avanzada, pero hay que aplicarlas en el campo, y allí radica la dificultad, de hacer real las palabras y las leyes. Para eso necesitamos un pueblo protagonista, que no se deje versear y que abrace la solidaridad y el respeto por la vida humana, primer y primordial derecho humano.
Nuestros pibes, son el presente y el futuro de un país más organizado, libre y soberano, por eso los pibes son importantísimos y tenemos que cuidarlos todos, independizándose de todas las ataduras que lo llevan a la opresión. Sin niñ@ que sean niñ@s no habrá mañana posible.
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