Editorial
Estamos en el año y sobre todo en el mes del bicentenario de la Revolución de Mayo. Este gesto heroico, que nos dio un Estado Nación Moderno, con toda la implicancia y la significancia que esto refiere. Doscientos años y quinientos del desembarco y masacre del viejo mundo al continente nuevo y americano.
Se confunde el Estado con los Estados que ya estaban en la región; Estado Nacional, con el Estado de los Pueblos Originarios, los cuales se basan en la solidaridad y en la hermandad y el cuidado del medio que los rodea. El Estado moderno se basa en la competencia y el no reconocimiento del otro y el descuido del medio ambiente ¿solo dinero?.
Doscientos años de historia, de mentiras y derrotas, de pobreza de valentía, como de cobardías, son doscientos años de sueños y esperanzas que se remontan a miles en realidad y que nos traen la imagen de quienes somos. En ese vernos, de frente podemos saber claramente, que no somos: ni europeos, ni norteamericanos, somos los verdaderos americanos. En la mezcla de hermanos, con luchas y sangre derramada, con genocidio imperdonable que intento truncar nuestro futuro, hoy les decimos quiénes somos y nos reconocemos hermanos.
Nunca hay que olvidar de dónde venimos porque eso nos determinará hacia donde queremos ir, siempre siendo libres.
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