jueves, 28 de octubre de 2010

Una, dos, tres, muchas policías


Por Alfredo Grande

“no podemos amar al socialismo, si antes no odiamos al capitalismo”
(aforismo implicado)

Para enfrentar la ola de inseguridad, ocho jefes comunales bonaerenses distanciados del kirchnerismo proponen crear cuerpos de seguridad municipales que trabajen junto a la Bonaerense. Son del grupo que encabeza Sergio Massa, de Tigre, y Pablo Bruera, de La Plata. El proyecto debe ser aprobado por la Legislatura.Cada municipio incorporaría a su planta de empleados tantos agentes como quiera o pueda pagar y, además, ya no dependería de la voluntad política de la Provincia. Por eso, hay diferencias en cuanto a su financiamiento.Al principio las tareas se limitarían a peleas entre vecinos, controles de alcoholemia, traslado de expedientes judiciales y controles de rutina en los puntos de acceso de las ciudades. “Pensamos en una Policía de proximidad, similar a la que hay en Madrid o en algunas ciudades de Estados Unidos. Está pensada para recuperar al policía del barrio, al referente del vecino”, explicó Sergio Massa, el mandamás de Tigre.Por su parte, Pablo Bruera, intendente de La Plata, supone que la creación de la Policía Municipal es una forma de comenzar a ponerle fin a “una vieja filosofía de encarar la inseguridad”. Explicó que “la Policía necesita un sistema moderno” y que resulta indispensable “descentralizar la fuerza”, que hoy tiene 50 mil agentes y compone el cuerpo armado más grande del país. La Plata posee altos índices delictivos y quedó en el centro de la escena con el ataque en el Banco Río a Carolina Píparo, que terminó con la muerte de su bebé.
(TN noticias)

- En la corriente teórica y política del análisis institucional se describe el “efecto Mülhman”. Consiste en la recuperación de lo instituyente por lo instituido. En términos más cercanos, lo nuevo, lo creativo, lo novedoso será siempre transformado en lo viejo, lo repetitivo, lo rutinario. O sea: toda pareja terminará en matrimonio. Mas o menos sacramental, según usos, costumbres y géneros en disputa. No son pocos los que de este análisis vieron un innegable pesimismo y que finalmente todo cántaro que pretende ir a una fuente, terminará rompiéndose. Sin embargo, creo que la profecía de Mülhman puede ser llevada a su extremo límite y en mi forma de pensarla sería: “La derecha fascista recuperará las profecías inconclusas de la izquierda revolucionaria”. Con nuestro Turco sin neblina, pero lleno de robos calificados

agravados por el vínculo, eso que algunos llamaron privatizaciones, y que muchos conversos de los 90 tardíamente repudian, la derecha se hizo eco de todas las quejas, muchas protestas y casi ningún combate contra un Estado Dumbo que no solucionaba ni siquiera los problemas que causaba. La prédica, de alguna manera hay que llamarla, de Bernie Insomne Neustadt caló en una Doña Rosa defraudada y anorgásmica, que vio en los príncipes azules de las empresas que descuartizaban al Estado, la certeza de un mundo feliz. Diez años duró el engendro aunque los entierros le fueron confiados a la compañía De la Rua – Lázaro Costa. Un aliado de los fecales 90 decidió que estábamos condenados al éxito, pero que la convertibilidad no. Lo demás, es historia sufrida o gozada, de acuerdo a si encuentra lugar libre para comer en algún restaurant de Buenos Aires. Una de las profecías que la izquierda revolucionaria abandonó (prefiero no hablar de progresismo que lo pienso más como artrosis que como gradualismo) es aquella que el Che planteara: un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal. (Crear dos tres muchos… Vietnam. Ernesto Che Guevara 1967). Este concepto fundante lo he asociado con el concepto de odio en Freud, lo que me permitió escribir hace 10 años un trabajo sobre el tema1. Y como se ha consagrado que el consenso, la democracia representativa mas allá que represente a unos pocos, el parlamentarismo, el presidencialismo, el judicialismo, son artrosis que debemos soportar, el tabú del odio y la inexistencia de la categoría política de “enemigo”, no puede ser atribuida solamente a la Magdalena Tempranísimo. La izquierda no sabe odiar, quizá con la única excepción de odiarse dentro de la propia izquierda, que como todos sabemos eso es sectarismo cuando lo hacen los otros y la política correcta cuando lo hacen los unos. La derecha no solamente sabe odiar, sino que además lo enseña. Familia patriarcal, escuela sarmientina, catequesis, servicio militar/cívico/cínico obligatorio, flexibilización laboral. Si bien todo lo que toca la derecha lo transforma en mierda, al modo de un alquimista sádico, es una mierda perfumada. No es casual la plétora de desodorantes de todo tipo, la invasión de una energúmena para evaluar si tu inodoro tiene olor, el asalto al closet para arrinconarte y monitorear la blancura de tus dientes, la madre y la hija siempre unidas por el blanquedor de prendas, sin dejar de lado a las recomendaciones que una inteligente actriz, aunque en este caso no lo pareciera, realiza sobre la mejor manera que una mujer tiene de liberarse del peso que tiene adentro y además le deja una maquina de fotos, supongo que para retratar al retrete en los momentos religiosos de la expulsión del sobrante sólido. Todo este dislate es la confesión de parte que la derecha produce lo podrido en una escala industrial y planetaria, y que apenas puede disimularse, encubrirse, perfumarse. La sexualidad por ejemplo que degrada en la Trata, la educación en el sistema escolar, los ciudadanos degradados a mendigos, para los cuales la democracia es apenas, demos gracias. Y como si esto fuera poco, ahora el baby boom de “las policías”. Compitiendo seguramente a ver quien se lleva el lauro de la mejor maldita policía. . Federal, Provinciales, Metropolitanas y Comunales. Para enfrentar la ola de inseguridad, producida seguramente por factores exógenos que nada, pero nada, pero nada de nada, tienen que ver con la exclusión, la inoculación de drogas, el paco como estrategia de supervivencia, la venta de armas por circuitos ilegales y no tanto, el adoctrinamiento de los pibes mas carenciados para ser delivery de afanos, el secuestro, tortura, asesinato de niñas, niños y mujeres en los laberintos de la Trata, las cajas chicas, medianas y depósitos bancarios de los altos oficiales que no podrían justificar sus gastos aun con el mas lelo inspector de la Afip. Supongo que ARBA no investigará esos dinerillos tan mal habidos. Por eso la consigna de la derecha, cuya diferencia con el fascismo es simplemente de oportunismo político, porque decir fascismo te mal enquista con la hipocresía y el cinismo del derecho internacional, es crear una, dos, tres, muchísimas policías, con la vieja estrategia de criar mosquitos para combatir al dengue. Luego nos harán sentir culpables si tenemos un jarrito de agua de la plagas de Egipto. Si no aprendemos a odiar a estas políticas reaccionarias, nada ni nadie podrá socorrernos.


1 “Odio, luego Existo”. Publicado en el Suplemento “Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo” del diario Página 12 (2000) Se encuentra en Internet

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