AlexisMedina 2007
Primer Acceso
La Existencia
Somos
Somos como islotes
que flotan en el mar
de la eternidad
inexistente
con solo destellos
de vanidad humana
que zozobra
como lo eterno
que no perdura
ni se encalla
se desprende
y se convierte
se pudre
y se apaga.
La diosa tecnología
ha muerto
justo cuando todos
absolutamente todos
empezaban a creer.
Y no quedo nada
de ella
solo una estela
en el espacio
moribundo.
El lápiz, el papel
y el sentimiento
con la razón
siguen ahí.
La diosa tecnología
ha muerto
y nadie se ha dado
cuenta de ello.
Impacto
El violento impacto
destrozo el vidrio
donde nos miramos
un día de marzo.
Se reventó el canto
en una afonía lejana
transcribiendo el rumor
en señas sin lenguas.
A propósito
se marchitan
las putas margaritas
en los afilados bordes.
El violento impacto
destrozo el vidrio
donde nos miramos
un día de marzo.
La incertidumbre
la magia
la espera
se despliegan
en una falsa
premisa
nada
se sostiene
nada
se mantiene
la nada avanza
sin perder pisadas
¿y hoy escribo y mañana?
La pelea
Cientos de golpes
trituraron espaldas
millones de dólares
compraron espaldas
y la maldita espada
que brilla en la noche
apunta, corta, lastima
tanta soberbia
tanta mentira
tanta seguridad
tanta sorpresa
que en millones
de espaldas
se vuelcan
se desmoronan
se retroceden
en una pelea
despareja
perdida
de antemano.
Romances
romances
sujetos
esqueletos
al viento
mirados
vaciados
espectros
que no mueren.
Romances
nocturnos
diurnos
procaces
inverosímiles
desleales
abruptos.
Solo
romances
soledad
romances.
Combinaciones
Una combinación
de llaves
una combinación
de jugadas
una combinación
de artes
una combinación
de partes.
Un rumbo
un horizonte
un bisonte
una caída
una combinación
que extermina
que destruye
que deja
sin conciencia
relaja
relame
y enjuaga
los restos
de la humanidad
crispada
y asada
una combinación
casi, casi, perfecta.
Mortal existencia
corre, asusta, muerde
la mortal existencia
que no cuenta
en la presencia.
Medina, Velázquez
o cualquier otro
se pierde
en el inconmensurable.
¿Qué palabra compuesta no?
Un segundo, un minuto
o diez años
que va
todo es igual.
Los pasos pasan
los ojos se cierran
la boca no habla
la lengua se calla
la nariz no huele
y la pálida laura
vestida de mañana.
Se muerde, se come
se asusta
de la mortal existencia
que parece
terminar antes de las diez.
Códigos de acceso
Códigos de excesos
códigos de pendejos
códigos de extremos
códigos de sucesos
códigos de inventos
códigos abiertos
códigos cerrados
y tu ansia viaja
hacia la nada
que cabe en una mano.
Códigos perdidos
códigos de acceso
a un pasado
acumulado
en un costado
silencioso
mirando
esperando
ser rescatado
del olvido.
Código de acceso
con un número
con una letra
con una teta
código de acceso
a un derecho
a una nube
a una compu.
códigos y más códigos
es así como funciona
y es así como dejaremos
de funcionar
en un arrebato
en un rato
en el error
código de acceso
equivocado
inserte luego.
Crisis in-eternum
La búsqueda
insensata
de una salida
con elegancia
la crisis in-eternum
que no cesa
y que no cede
la angustia
y la pena
se comen
sus entrañas
y no hay definición
se prolonga el dolor
en una especie
de muerte
que se repite
una y mil veces
los bigotes
se emblanquecieron
por el paso de la menta
en la garganta
que ya no habla
que gime
que llora
que le han robado
las palabras el sentido
con la crisis in-eternum.
A jugar
La codicia y la vanidad
se van a jugar
en la helada realidad
ya se expone
ya se imprime
la muy jodida libertad
que nos pone
y nos quita del camino
para andar, ya trazado
esperando y planificado
¿y si es justamente eso?
¿o lo contrario a esto?
Que nos asombremos
que nos dejemos sorprender
por lo que pasa
por lo que vendrá
que no escondamos
el acceso ni la llave
de los sentimientos
que podamos gritar vida
mientras sabemos
que de a poco
nos vamos muriendo
pero solo
por un momento
levantarle el velo
a la muerte
y reír con ella
antes de irnos con ella
y de nuevo gritar
desde la vida
que la codicia y la vanidad
se fueron a jugar a la libertad.
El silencio
Haciendo el amor
con el recuerdo
me quedo en silencio
que me vacilo
que me estudio
y me arrebato
primero lo sentido
segundo lo vivido
tercero lo podrido
y cuarto no recuerdo
solo me veo enmudeciendo
en ese silencio
que me invadió
y me llevo muy, muy lejos
y que no se si por suerte
me regreso para otra muerte
lejos, muy, muy lejos
de mi mismo.
En copa
La puerta
la pava
el agua
la calentura
de empezar
a darse cuenta
de tanta mediocridad.
El miedo la intolerancia
van con la mano
de la ignorancia
que come neuronas
durante la noche
y que brillan en el día.
Caos y desorden
en un orden
que no corre
pava, calentura
agua caliente
que influye en la sangre
puños prestos
mundos opuestos
que se encuentran
en un desafío
absurdo momento
y luego el silencio
la calle
el viento
el hierro forjado
el trabajo subterráneo
olvidado mano a mano
la calle
los puños
y el olvido.
Segundo Acceso
La Oscuridad
Acceso Dos
Abrir la botella
abriendo al mundo
cerrando la angustia
en plena vereda
la noche cómplice
de la no resolución
el agua ardiente
que miente
y descarga
su olor con dolor
aparente
se esconde
reluciente
acceso dos
acceso dos
acceso dos.
El acceso dos
tiene como una razón.
La búsqueda del dolor
es el lugar
de la tumba
que no sueña
ni ama
ni nada.
El acceso dos
es la tiniebla
lo mas bajo
del ser humano.
Bigote
Gorra
chaqueta
y pistola
cobardía
des-honra
agravio
e impunidad
poder mostrar
distinguir oprimir
y sin embargo
siempre esconderse
siempre resguardarse
tras el engaño y la farsa
tras los disfraces
de ancianos y enfermos
la verdad
ya estaban muertos
cuando mataron
ya estaban muertos
cuando golpearon
ya estaban muertos
y hoy siguen muertos
por mas que:
parezcan respirar
el mismo aire
de todos y que ellos
cortaron con muerte
no creo que exista
mayor sótano
del infierno
el que se vivió aquí
en estas tierras
en este mismo suelo
saquen las banderas
que esta manchada
de sangre
que se convierte
en nuevo color
ese color
de los compañeros
que dieron todo
para que no nos pasara
lo que hoy nos pasa
ellos lo dieron todo
y se merecen el rojo
en la bandera
porque entregaron su vida
en pos de un sueño
y los bigotes
y los gorras
y los chaquetas
y los pistolas
los masacraron
los torturaron
los desaparecieron
los mataron
un genocidio
sin precedentes
hombres
mujeres
niños
ancianos
levantemos las manos
y gritemos juntos
basta
es hora de revolucionarnos.
Una Valija
Un cadáver
una valija
una llamada
dos tiros
la noche
se agazapó
al estruendo
de dos tiros
agujeros
en el alma
que ya le dieron
un cadáver
un envido
solo silencio
una calle
una esquina
la valija
y el envío
un mensaje
la muerte viene
a visitarte
y te lleva
en su viaje
en su equipaje.
Siempre nosotros
los que sufrimos
siempre nosotros
los que morimos.
¿Por qué tanta soledad?
Recuerdos
de una esperanza
que se desvanece
minuto a minuto.
Siempre nosotros
los que pagamos
los pecados del mundo.
¿Cuándo será la hora de que otros?
Los de siempre
y no siempre nosotros
sean los que pongan
su vida para la vida.
¿Cuándo será que podamos ser iguales?
O es una inocencia
que no cuaja
en esta mañana
siempre nosotros.
¿Cuándo les tocará a los otros?
Sordo se volvió el mundo
ante tanto alboroto
oscuro se volvió el mundo
ante tus ojos cerrados
y el acceso inexpugnable.
Aunque siempre
hay otro sendero
una alternativa
un rodeo, una mueca
que pueda devolver
el oído al mundo
y aunque fuera
una vana esperanza
es un motor
que nutre
la carne y el espíritu
hoy, justo, hoy
el mundo sigue sordo
sigue ciego
y sigue mudo
por que la justicia se muere
todos los días y no vuelve.
Soledad
Cuanta soledad
amontonada
en el alma
que se desgarra
y aprisiona
en la elemental hora.
Los silencios
son parte de esto
la soledad
una ausencia
se acurrucan
en los ojos
que se vacían
de lágrimas
y las miradas
se pierden
en la propia nada.
La soledad
es uno solo
sin mundo alrededor
es un pedazo de madera
ante la hoguera.
La soledad
hay que espantar
aunque sea ella
la que te nombre
nos encuentra
y enfrenta
desde que venimos
andando
nos vamos de un lugar
del hambre a la felicidad
que parece asustar
a la soledad
que es inmensa
como el universo
que va a terminar
rumbo a un final.
Los brazos en alto
las gorritas caídas
el alma en el piso
y el azul de la ley
sobre sus cuerpos
sobre los muertos
que yacen como dormidos
el dinero sobre un auto
suena la cumbia
desde el equipo
un hombre arrodillado
mirando la eternidad
del espacio
de este tiempo
que no pasa
las fotos
las cámaras
las sirenas
los brazos en alto
las gorritas caídas
las armas en el suelo
y el letargo se asoma
a unos largos años.
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