martes, 16 de marzo de 2010

La noche de los lápices

La noche de los lápices

En septiembre de 1976 un grupo de estudiantes secundarios de La Plata fueron secuestrados por fuerzas de seguridad de ese grupo sobrevive Pablo Díaz. Este entrada la democracia hace la denuncia ante la CONADEP y su testimonio fue muy importante para conocer la metodología de tortura de los genocidas durante la dictadura cívico-militar.

Testimonio de Pablo Díaz Julio de 1996

“…En el año 1972 me encontraba comenzando la escuela secundaria. Influenciado por la fuerza emergente de la marea popular del peronismo, vivía la agitación del “Luche y vuelve”. En el año 1973, la atención en los colegios estaba centrada en la organización de los Centros de Estudiantes. La consigna que nos convocaba era: “Participación y Centros Libres”, resistiendo a la decisión de las autoridades de turno que pretendía ejercer control sobre los Centros desde la dirección de los colegios. Luego de una sucesión de escuelas tomadas, se obtiene lo reclamado por los estudiantes.

En 1974, como cosecha de lo actuado, se consolidaba la idea de la organización y coordinación entre los estudiantes.

Tomaba cuerpo una fuerte conciencia política, surgiendo en el ámbito de los Centros, comisiones de solidaridad que realizaban en las barriadas más empobrecidas tareas de apoyo escolar, saneamiento, campañas de salud, etc., al mismo tiempo que expresaban una fuerte crítica al sistema capitalista, que encarnaba en si mismo tanto sufrimiento popular.

Por decisión de distintos Centros de Estudiantes y de varias organizaciones políticas con inserción en el movimiento estudiantil secundario (Unión de Estudiantes Secundarios UES, Juventud Guevarista JG, Federación Juvenil Comunista FJC, Grupo de Estudiantes Secundarios Antiimperialistas, etc.) se conformó en la ciudad de La Plata, la Coordinadora de Estudiantes Secundarios CES.

El Boleto Estudiantil

En una Asamblea Extraordinaria de la CES se decidió encarar el reclamo ante las autoridades correspondientes para obtener la implementación de un boleto secundario que permitiría una rebaja en el costo del transporte público de pasajeros, lo que redundaba en un considerable alivio para los hogares de

aquellos compañeros que sentían con más rudeza los efectos de “Rodrigazo”.

Finalmente luego de varias manifestaciones que terminaron en duros enfrentamientos entre los estudiantes y la policía, se logró el objetivo buscado. En septiembre, el boleto surgió tras un carnet, sólo unos pocos políticos de turno apoyaron en su inicio la medida. La victoria sirvió para que el derecho logrado se desparramara por todo el país.

Diciembre de 1975

Presagio: es secuestrado de su casa, a manos de la Alianza Anticomunista Argentina triple a y posteriormente asesinado en un descampado el compañero “Patulo” Rave, estudiante secundario de 17 años, militante de la UES y delegado de su Centro de Estudiantes ante la CES.

El Golpe 1976

Los Centros de Estudiantes son cerrados violentamente. Se prohíbe la organización, la discusión, la reunión, el disenso…todo.

Nuevas reglas: formación antes de ingresar a las aulas, corte de pelo, oraciones, cambio de autoridades y preceptores, pedidos de identificación a la entrada de los colegios. Primero orden…después represión…

Septiembre secuestro sistemático de estudiantes secundarios.

La operación: “La noche de los lápices”, el nombre puesto por las fuerzas de seguridad, guarda en sí mismo la inocencia de las victimas y el horros por cometer.

Del informe de la CONADEP, surge que más de doscientos adolescentes, estudiantes secundarios en su mayoría, aún siguen desaparecidos…”

Entrevista realizada por Liliana Caraballo, Noemí Charlier y Liliana Garulli.

No olvidar

Esto implica claramente tener conciencia de lo que ocurrió, en esos años, sin hacer revisionismo histórico idiota y sin sentido. Pero si, entendiendo el contexto y las relaciones en las que se vivía. Había un sueño que alcanzar y una verdad para luchar y nada lo detendría.

Y si vieran que pasaron más de 30 años, y no nos han vencido, resuena el grito por una patria con justicia social, libre e independiente, donde todos seamos iguales, sujetos de derecho, donde no falte el pan y el trabajo.

Y estos señores de la muerte, que hoy se enfrentan a la justicia y ya están condenados por el pueblo, no pudieron esconder nada, por que la nada, se volvió en su contra.

El grito de los compañeros viene sonando desde aquellos tiempos y nos interroga en el presente, para que tomemos la posta y cambiemos el mundo.

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