martes, 19 de enero de 2010

Un modelo de intervención comunitaria como aporte hacia la reducción de daño.


Un modelo de intervención comunitaria como aporte hacia la reducción de daño.

Cuesta bastante plantearse un modelo, quizás esto sea muy pretencioso. En cuanto a lo que refiere, es ponerse en situación, despejando pre-conceptos y pre-juicios que si bien no determinan la idea de una intervención, por lo menos la están recortando. La lucidez no siempre ha sido la característica de abordaje del tema consumo de drogas, ya que en muchos casos se pierde de vista al que esta siendo victima de este flagelo socio-económico, tanto en los barrios más pobres, como en los barrios de otro poder adquisitivo. Esto sugiere, poner todos los sentidos en acción y empezar a desagregar las causas, es decir, tomar conciencia que la droga como hoy nos la presentan, no es la única responsable de las situaciones límites y violentas que se viven; esto data de situaciones de plena injusticia.

Lo que quiero dejar en claro es que existe un mecanismo perverso de persecución al consumidor y no a quienes hacen el negocio. Es una doble entrada de moral pseudo-republicana (por su modalidad); escondiendo la basura debajo de la alfombra.

Aquí juegan o empiezan a correr, las maneras de hacer una verdad como absoluta, única y sin crítica posible; el sistema del capital como todos sabemos se rige por la obtención de ganancias inmediatas, por sobre la vida humana, (ya se, me van a decir que no hay otro sistema, en el que se pueda vivir en sociedad), pero eso es justamente la cristalización de la globalización, desterrando las identidades a partir de una construcción única e irrevocable.

Esta idea transpone todos los sentidos junto con la tecnología, cuyo avance ha permitido grandes negocios y concentraciones de poder económico y ciertamente político aunque no parezca. Lo que va posibilitando el desmembramiento de la cuestión de solidaridad y del famoso sentido gregario de la humanidad, resquebrajando y haciendo desaparecer toda instancia de lazos sociales.

La potenciación de la nada existencial en una gran vasija vacía donde nadie puede hallarse ni a si mismo y por supuesto ni con los otros. Es un inmenso espacio de soledades que no se reconocen entre sí y que se disputan esa nada, la cual no es más que “el consumo”. Esto implica pensar los modelos de identificación tanto de los niños y niñas como los

adolescentes y jóvenes pero también los adultos que se predisponen a consumir lo que sea, para encontrarse en esa nada y pertenecer a ella.

Existe además como una idea madre que conduce por este sendero y que no tiene otra alternativa de ruta, llevando a quienes ven ese único camino como el posible para conquistar esa nada. Si esto lo lleva a la muerte es una posibilidad de morigerar el dolor eterno del vacio. Es por eso que se debe confrontar claramente con ese esquema de muerte con otras alternativas que muestren que la humanidad no es el frío témpano, si no que es agua y es témpano.

Al pasar por una falsa construcción de libertad que los medios al servicio de otros intereses económicos laceran a quienes aún no pueden hallarse en un lugar del mundo por las diversas cuestiones que este mismo modo de vida del mundo tiene. Trayendo aparejadas tormentas en su haber, uno de los elementos que se enuncian y se denuncian con fuertes imágenes y palabras es que los adolescentes cometen ilícitos por consumir. Aquí no se dimensiona lo que se dice se favorece al clima de inseguridad y violencia, que habría que ver que fines reales pretende.

Y no es una ingenuidad pensar que dichos medios van educando a la población, más que la escuela; entonces deberían tomarse recaudos en este sentido, puesto que esas publicidades que muestran que uno es ganador por tomar definida bebida o vestirse con definida indumentaria caracteriza la identidad. Esto no hace más que engordar bolsillos de multinacionales que también se compran todo (es la concentración casi absoluta) tirando por tierra toda capacidad de transmisión o de confrontación generacional. Lo que quiero decir es la división en la población imposibilitando otro modelo social.

Este es un paneo algo general para empezar a discutir y discernir en el campo otros modelos que puedan dar cuenta y que se integren y complejicen en la cotidianeidad. Ya que de nada vale hacer grandes conferencias o encuentros si esa discusión no se transmite y se enriquece siendo más vulgo. Esto no es más que socializar la información y estar abiertos a poder recuperar lo que ocurre con el proceso de reducción de daño. Y sobre todo tener en cuenta que se pueden salvar más vidas intentando que el sujeto problematice su situación por un lado por el otro que el Estado tome dimensiones de esta situación y puedan elaborarse políticas públicas participativas y no cerradas desde un frío escritorio.

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